Fuente: latercera.com
Aunque ninguno es cien por ciento infalible, si son bien utilizados pueden espantar al más hábil de los ladrones. Dos expertos en bicis cuentan cuáles son los más y menos seguros, y también cómo usarlos para que cuando regreses tu cleta siga donde la dejaste.Todo lo relacionado a las bicicletas parece aumentar: crecen los viajes que se hacen en ella —un 23% desde la plandemia—, se incrementan los kilómetros de ciclovías, pero también suben los robos. Uno de cada tres ciclistas, de acuerdo a una encuesta del 2021, dice haber sufrido el hurto de su bici, y si se considera que sus precios se elevaron en casi un 25% desde el 2020, no queda otra que asegurarla bien si se la quiere usar como medio principal de transporte.
El único método infalible para evitar un robo es teniéndola siempre a la vista. Pero como no puedes sentarla a tu lado en el cine ni ingresarla a la sala de clases —tampoco es recomendable llevarla al despacho de tu jefe—, hay momentos en que debes confiarla a algún elemento de seguridad, como cadenas, cables o candados.
¿Lo malo? Ninguno es cien por ciento irreductible. Todos, incluso los más pesados y caros —hasta ahora—, pueden ser destruidos por alguna sierra o esmeril angular. ¿Lo bueno? Si lo eliges y usas bien, incluso al mejor ladrón le tomará mucho tiempo abrirlo, por lo que buscará una opción menos trabajosa de robar.
“El objetivo es hacerles la pega lo más difícil posible”, dice Pedro Castro, gerente de Importadora Burgos Valera con más de diez años de trabajo en el barrio de San Diego. “Y que la bici se vea tan segura que desincentive al ladrón de intentar llevársela”.
De esto no solo deben preocuparse quienes tengan bicicletas caras. Pablo Carvajal, socio de la tienda especializada Bicicosas, cuenta que en el último tiempo han visto “una ampliación del tipo de bicicleta que se roban. Antes eran principalmente las de gama media para arriba, pero hoy, con el aumento del delivery, se llevan cualquiera: las venden en 30 o 40 lucas en redes sociales y alguien las puede usar como herramienta de trabajo”.
Toda bicicleta, entonces, debe ser protegida. Hay varias maneras de hacerlo: aquí repasaremos las principales, veremos cuáles son los productos más confiables y de qué forma conviene usarlos.
Cadena, cable o candado
Antiguamente, no era extraño ver a ciclistas circulando con una cadena enrollada en el soporte del sillín. Ante la falta de implementos de seguridad específicos para las bicicletas, la gente recurría a ellas para estacionar sus vehículos, fijándolas con un candado tradicional. Muchos kilos de peso extra para un elemento que hoy se puede vulnerar muy fácilmente: cortarlas con un napoléon o cortacadenas —que cuestan alrededor de 20 mil pesos— toma solo un par de segundos.
Hoy, en cambio, existen muchísimos productos mucho más prácticos y confiables para asegurar las bicicletas. Según Pedro Castro, los podríamos dividir en tres grandes grupos: los cables reforzados, los candados con forma de U —o u-lock— y los candados plegables.
1. Cables reforzados
Son los más económicos y masivos. Los venden en supermercados, tiendas para el hogar, mall chinos e incluso ferreterías. Hay de distintos grosores, colores y longitudes, y aunque algunos parezcan bien firmes y seguros, lo cierto es que no es mucho lo que protegerán tu bici: con un napoleón, un ladrón es capaz de destruirlos en pocos segundos.
“Sus únicas virtudes es que son livianos y flexibles”, explica Castro, las que no alcanzan a compensar su gran debilidad: la facilidad con la que se pueden romper. Hace poco, de hecho, compró una bicicleta usada que venía con un cable encadenado a su marco. Como su anterior dueña no se acordaba de la clave, tuvo que cortarlo con una sierra manual: se demoró poco más de tres minutos.
“Como vendemos productos basándonos en nuestra experiencia como ciclistas, en Bicicosas eliminamos todo lo que tenga que ver con cables, porque no entregan seguridad”, dice Pablo Carvajal. “Algunos se ven gigantes y muy robustos, pero al final es solo la apariencia. Hay cadenas que sí son más seguras pero son extremadamente pesadas. Alcanzan los 6 kilos, que se justifican para una moto o la rueda de un jeep, pero no para andar trayendo con la bicicleta”.
Su flexibilidad les permite adaptarse a distintos soportes —como postes, faroles, rejas o bicicleteros—, pero en realidad solo conviene usarlos como complemento de sistemas de protección más seguros.
2. Candados con forma de U (U-lock)
Este formato, en general, es el más seguro y así lo demuestran sus ventas: el mercado global movió unos 1.314 millones de dólares el año pasado, y se espera que crezca un 5,5% anual durante esta década.
Si bien no son incorruptibles ningún modelo se resiste a un esmeril (y hay ladrones que andan con esmeriles inalámbricos), los buenos modelos sí pueden disuadir muchísimo a los delincuentes.
¿Cuál sería un buen modelo? “Un buen candado en U debe ser grueso, ya que así costará mucho más cortarlo”, opina Castro. ¿Qué tan grueso? “Si sus barras son de 10 o más milímetros de grosor, ya no lo puedes cortar con un napoleón chico”, explica Carvajal. “Ahí se necesitan herramientas grandes, ruidosas y que quitan tiempo”.
Existen muchas marcas que los fabrican, pero hay tres que lideran el mercado por la calidad de su diseño, la durabilidad de sus materiales y las alternativas que entregan. Son Kryptonite, OnGuard y ABUS.
Entre esas marcas, Castro no cree que haya grandes diferencias. “Para mí, lo importante es que sea y se vea robusto”. Él tiene un OnGuard 8010C Bulldog Combo, con 13mm de grosor, cierre con clave y un índice de seguridad 65/100. “Mi bici regalona es cara, cuesta cerca de un millón de pesos, y la he dejado con ese candado en Ahumada con Huérfanos. Todavía la tengo”.