Estimado automovilista

Te sorprenderá (tal vez) leer esto, pero necesitamos de una vez que lo comprendas. Tu permiso de circulación no te da permiso a hacer lo que quieras, tampoco te hace ser dueño de la calle.

Partamos explicando esto, hoy en día todos los vehiculos motorizados deben pagar un impuesto a un municipio, de elección del propietario, para circular legalmente por el país (https://www.bcn.cl/leyfacil/recurso/permiso-de-circulacion), el monto tiene relación con el avaluo fiscal del vehiculo (Cuánto cree el estado que vale el mismo). Hay muchos mitos respecto a qué significa pagar el permiso de circulación ya que muchos creen que es un derecho inalienable a circular, a que les construyan calles y a que el auto sea la panacea en la planificación urbana.

¿Pagan los ciclistas? ¿Pagan los peatones? La respuesta es no y como yo pago y ellos no deben tener prioridad.

¿Por qué deben pagar los autos por circular?

Sabemos que tu auto es comodo, el actual presidente de metro (Luis DeGrange) dijo hace tiempo, que andar en el auto era el equivalente para muchos el estar en el living de la casa. Puede que sea cierto, difícilmente otro medio de transporte será alguna vez tan cómodo como el auto, el tema estimado lector es que usted no vive solo, vivimos en comunidad, todos en el mismo país,en el mismo planeta y todo lo que usted haga nos afecta a todos, ¿En qué afecta su auto?

Los autos tienen las siguientes externalidades negativas:

Contaminación del aire:

Los vehículos con motores a combustión, que llegarán a ser 2.7 millones de automóviles al 2025 (El Mercurio, 10 de febrero). generan gases procedentes de la quema del combustible, estos gases se lanzan a la atmósfera y la contaminan. Tienden a producir enfermedades respiratorias y cardiovasculares, además de ser una de las principales causas del smog en ciudades modernas como Santiago.

Contaminación acústica

Es un ruido de fondo, estamos acostumbrados, pero los autos hacen ruido, mucho. No son sólo los bocinazos, sino que también son los motores, las radios, frenos, los cuales provocan un bullicio permanente el cual hemos normalizado en nuestras vidas, y que al viajar fuera de las zonas urbanas logramos dimensionar, al encontrarnos con el silencio de la naturaleza.

Salud

El uso del automóvil está directamente asociado a enfermedades modernas como la obesidad y el sedentarismo, nos hemos acostumbrado a ocupar el auto para todo, a no caminar, a no hacer ejercicio y eso trae problemas de salud. El tema con esto es que muchas veces somos todos quienes terminamos a través de la salud pública pagando por atenciones a conductores sedentarios y obesos, además de los problemas de salud que sufren quienes reciben los efectos nocivos del automóvil. No importa si jamás me he subido a un auto, aún así tendré que respirar sus gases contaminantes, vivir con el ruido que generan y sufriré el riesgo de ser atropellado entre otros. Ocurre lo mismo con el fenómeno de los fumadores pasivos, los peatones deben respirar día a día las emisiones que tanto automóviles y buses emiten.

Costos ecológicos y sociales

A todo lo anterior debemos sumar que construir nuevas calles y carreteras destruye el medio ambiente, afecta a la economía del lugar, sumado a los elementos contaminantes que son consecuencia de ello (aceites, neumáticos, vidrios), terminan en ríos o mares contaminando nuestra flora y fauna nativa a lo largo del país.

¡Pero yo pago!

Sí, es cierto que pagas, pero el monto que pagas no cubre todas las externalidades que produce tu automóvil (http://lanacion.cl/2018/08/07/los-otros-costos-de-usar-un-auto-particular/), es decir no pagas todo el daño que produce tu automóvil, el resto debemos asumirlo como sociedad, ya que no todo puede ser medido bajo la vara del dinero.

¡Pero los ciclistas no pagan!

Esperamos sinceramente que hayas logrado entender que el automóvil no paga porque sí, si no que paga debido a las externalidades negativas que genera.
¿Qué externalidades negativas genera la bicicleta? Pocas, por no decir ninguna y palidecen en comparación con las de otros medios, hay contaminación que provoca su fabricación y el desgaste de neumáticos, en comparación con la fabricación que provocan ambas actividades en autos la de las bicicletas es depreciable.
Lo que sí tienen son externalidades positivas, ya que los ciclistas tienden a tener mejor salud, por ende no usan los servicios públicos como sí los usan quienes sufren enfermedades ligadas a la obesidad. Las ciclovías son más pequeñas pero mueven más tráfico que muchas calles (esto lo puedes comprobar en la hora peak de cualquier avenida que tenga ciclovía), no generan ruido como los autos y no emiten gases contaminantes a la atmósfera ni usan aceites que contaminen nuestras aguas.

¡Los ciclistas son imprudentes, andan por la vereda y causan accidentes!

El año 2018 132 peatones fueron atropellados por ciclistas (https://www.latercera.com/nacional/noticia/atropellos-ciclistas-peatones-aumentan-20-ano/635912/), según la conaset el mismo año hubo un total de 8.315 atropellos y entre el 2009 y el 2018 fueron la principal causa de fallecimientos en incidentes de trafico (evitaremos usar la palabra accidentes) (https://www.conaset.cl/wp-content/uploads/2019/09/Atropellos-20181.pdf).

¿Por qué encontramos imprudentes a los ciclistas entonces?

Para entender esto debemos separar a los ciclistas en dos categorías, los ‘veredistas’ y los que circulan por la calle. Es probable estimado automovilista (y peatón) que su odio haya influido en primera instancia por los veredistas y es lógico. El veredista es un tipo de ciclista del cual, incluso nosotros, hemos sufrido sus riesgos al circular. Si bien existen los veredistas amables o empáticos (andan lento, entienden que no es su espacio, son mayores o menores de edad), muchos de ellos son adultos, que no respetan al peatón y andan rápido poniendo al peatón en riesgo. No avalamos en ningún caso su actuar, son por decirlo en forma suave inadaptados que no les importan el resto, lamentablemente gente así siempre va a existir y se movilizan no solo en bicicleta si no que en todos los medios de transporte posible  sin embargo, si puede usted haga una prueba un día, si quiere en su barrio, salga a dar dos vueltas a la manzana en una bicicleta, una por la vereda y la otra por la calle, la verdad es que se dará cuenta de que la vereda es mucho más incómoda, tiende a ser más angosta, tiene baches, desniveles y no te permite ir tan rápido, al dar la vuelta en la calle se dará cuenta de que es más rápida, es normalmente plana y en general es mucho más cómoda.

¿Entonces por qué alguien usa la vereda? Descartando a los ya mencionados desadaptados: por miedo, digamos que en un accidente entre un peatón y una bicicleta, de seguro se llevará la peor parte el primero, mientras que entre un ciclista y un motorizado, será el conductor de la bicicleta quien saldrá más perjudicado y en una lógica egoísta todos preferimos sentirnos más seguros ¿Cómo bajamos entonces a esos ciclistas a la calle? Quitando ese miedo, cuando usted conduzca y vea a un ciclista en la calle, adelántelo como corresponde, hágalo sentir seguro, ya que  después de todo si el ciclista se siente cómodo en la calle no se subirá a la vereda. Obviamente el cambio no es automático, no sucederá de la noche a la mañana pero estaremos construyendo una realidad si todos ponemos nuestro granito de arena.

¡Pero algunos de los que andan por calle también son peligrosos, y no respetan las normas del tránsito!

¿Aclaramos ya que en todos lados hay idiotas? Incluso en bicicleta, pero hay ciertas cosas que debes entender para ver porque muchos ciclistas pueden tener conductas que te parecen riesgosas.
Según algunas personas (https://www.bbc.com/future/article/20130212-why-you-really-hate-cyclists) la molestia que tu sientes viene de que los ciclistas quiebran (quebramos) el orden moral. Todos los autos están en un taco, uno tras otro haciendo tráfico y llega un ciclista pasando muchas veces entre los autos, rompiendo esta especie de cofradía moral de estar todos atrapados en el tráfico. También entendemos que te moleste que muchas veces los ciclistas no respeten las luces rojas en los semáforos, discos pares y otros, este punto sabemos será polémico pero en la bicicleta la realidad se percibe distinto, podemos acercarnos a una intersección en rojo y ver si es seguro o no cruzar, si la respuesta es sí para la bicicleta no significa que sea necesariamente si para ti en tu auto, en algunas partes incluso esto es ley (https://en.wikipedia.org/wiki/Idaho_stop), sabemos que no es tan popular y que en Chile sigue sin ser legal, es solo por darle algo de perspectiva, porque en el fondo sabemos que si, todos debiéramos respetar la ley del tránsito y que definitivamente no es aceptable esta actitud, pero también debiéramos entender que la ley debiera adaptarse a cada medio.


El problema de la falta de educación y la convivencia vial

Uno de los principales problemas de nuestras calles es la falta de educación vial, muchos desconocen, o desconocemos, a cabalidad no solo las leyes del tránsito sino de qué forma lograr una convivencia sana entre todos.

Esto es importante por supuesto en todos los modos de transporte, pero es de mayor importancia mientras mayor potencial de causar daño tenga cada medio y como ya vimos y manda la lógica un vehículo motorizado tiene un potencial de causar daños mayor que el que tiene una bicicleta, el estado hasta ahora ha entendido esto y es por eso que se exige licencia de conducir automóviles y no para manejar bicicletas, sin embargo en ambos casos es a todas luces insuficiente. Recién con la ley de convivencia vial (que entró en rigor el 11 de Noviembre de 2018) las auto escuelas deben de manera obligatoria en una parte del curso para aprender a conducir hablar de bicicletas y de cómo convivir con estas desde la posición de automovilista sin embargo sigue sin ser requerimiento el realizar estos cursos para poder dar el examen que permite obtener la licencia de conducir.

En cuanto a las bicicletas las experiencias internacionales dictan que se debe poner la menor cantidad de trabas para su uso, es decir la menor cantidad de exigencias para que alguien las use de manera regular, inclusive que el casco no debe ser obligatorio (del por qué de esto y de algunos efectos curiosos del uso del casco por parte de los ciclistas hablaremos en otra ocasión), ¿Entonces cómo podemos forzar la educación de los ciclistas? Creemos que una buena opción y que se utiliza en países europeos desde hace años es la realización de clases y hasta la obtención de una licencia para conducir bicicletas durante la educación primaria (en Chile también conocida como educación básica), este curso podría ser el primer acercamiento de los infantes a una convivencia vial segura para todos y la obtención de la licencia un primer acto cívico especialmente simbólico a su corta edad.

Para ir cerrando esta carta estimado automovilista queremos comentarle que no es el propósito de la misma demonizarlo o convencerlo de subirse a una bicicleta (aunque sería ideal), si no que entienda que usted no vive solo, que el uso desmedido del automóvil (aunque no lo crea varios de nosotros tenemos autos, los usamos muy de vez en cuando para cosas puntuales) nos afecta a todos como sociedad y que el permiso de circulación que deberá usted pagar el próximo mes no le da derecho sobre el resto de los medios de transporte, por el contrario es una forma de recordarle que dentro de las formas de movilidad en una ciudad el auto siempre debiese ser la última opción.


Saludos

Jaime Fernandez
Vocero Movimiento Furiosos Ciclistas.

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