¿La hora de las bicicletas? Uso se duplicó en zonas de Santiago por problemas del Metro

Fuente: La Tercera.

Especialistas explican que se puede generar un cambio definitivo en las formas de transporte en la ciudad.

Londres, 2014. El funcionamiento del Metro se altera por una huelga de trabajadores. Con el cierre de algunas estaciones, un número significativo de pasajeros debe buscar nuevas rutas para llegar a destino. A los dos días, una vez restablecido el servicio, sucede algo inesperado: un grupo de personas no vuelve a elegir el camino tradicional, sino que opta por el “alternativo”, es decir, aquel que eligió tras la huelga. ¿Qué pasó? La experimentación forzada impulsó un cambio de conducta, y esa conducta se transformó en un nuevo hábito.

El estudio en Inglaterra, presentado por la U. de Oxford, revela que las personas podemos tener comportamientos “subóptimos”, incluso cuando se trata de tareas cotidianas. Cuando cambiamos de patrón y descubrimos uno nuevo y superador, quizás no haya vuelta atrás. De acuerdo a la opinión de distintos especialistas, es posible que eso esté ocurriendo en Santiago. Con los problemas del transporte público en las últimas semanas, la bicicleta adquirió protagonismo como variante al Metro, el bus o el auto, al punto de generar congestiones en algunas ciclovías. ¿Qué harán los nuevos ciclistas cuando la situación se normalice en la red? ¿Seguirán pedaleando? El tiempo dirá, claro, pero ya existen algunas pistas.

Como parte de un trabajo de tesis de doctorado en Cedeus (Centro de Desarrollo Urbano Sustentable de la Universidad Católica), el alumno Tomás Echiburú realizó una investigación experimental en la calle Ricardo Lyon, de Providencia: “Hace dos meses pasaban 450 ciclistas por hora. Hoy fui a medir de nuevo y registré 892. La demanda se duplicó a raíz de la crisis del transporte público”, publicó ayer en su cuenta de Twitter.

Desde otro punto de la ciudad, Daniela Suau, activista de Muévete, un colectivo que impulsa la movilidad sustentable en Chile, aporta su mirada: “Vivo en el centro y suelo toparme con unos 15 ciclistas en Lastarria con Alameda para cruzar hacia Portugal. Desde que estalló la crisis social y los conflictos asociados al transporte público, veo al doble de ciclistas en el mismo punto”, explica.

Sin embargo, vale aclarar que el aumento de bicicletas en la calle también se debe a un factor estacional. Entre agosto y octubre se genera un alza del 10% al 15%, principalmente por la llegada de temperaturas propicias para el ciclismo y los días con más horas de luz.

De todas maneras existe un creciente uso de la bicicleta como parte de una tendencia social. Así lo entiende Ricardo Hurtubia, Investigador del Cedeus y estudioso de los patrones de movilidad de la ciudad, quien asegura que en el año 2001 menos del 2% de los viajes en Santiago se hacían en bicicleta, mientras que en 2012 la cifra llegó al 4%. “Con la bicicleta podemos saber exactamente cuanto vamos a tardar en llegar a destino, es un medio práctico y conveniente. Basta ver como se usa en países desarrollados como Dinamarca y Holanda.”, añade.
El especialista advierte sobre la necesidad de desarrollar más infraestructura que mejore las condiciones deficientes que hoy existen para el ciclista en la ciudad.

Asimismo, de acuerdo a las investigaciones realizadas por Qué Pasa, una de las marcas de bicicletas más importantes del país ha incrementado sus ventas en un 16% desde el estallido de la crisis social hasta hoy, en relación al mismo periodo en 2018.

“Es la segunda vez que vemos el fenómeno de más bicicletas en las calles. La primera fue con la puesta en marcha de Transantiago, en 2007. Por la complejidad que suponía el nuevo medio de transporte, muchas personas se inclinaron por la bicicleta en ese momento”, comenta César Garrido, vocero de Furiosos Ciclistas, una organización que promueve hace 22 años el uso de la bicicleta como medio de transporte. “Cuando todo esto pase, mucha gente volverá al transporte público, pero es posible que el número de ciclistas en las calles haya dado un salto”.

Garrido explica que la bicicleta “nos permite calcular con precisión los tiempos de viaje y también ofrece beneficios económicos. Si tenemos en cuenta el valor del transporte público actual, la compra de una bicicleta se amortiza en tres o cuatro meses. Luego se transforma en un medio gratuito de transporte. Además el ciclista se asume como un ente que no contamina, y ese mensaje tiene mucha fuerza en las nuevas generaciones con conciencia medioambiental”.

La bicicleta en las protestas 

Luis Andaur es conductor de Bicitantes, el programa que se emite en Mega. Participó en las protestas en las últimas semanas y se sorprendió al observar una gran cantidad de manifestantes en bicicletas y motos. “Vi muchos catrecitos, bicicletas oxidadas que hacía tiempo no salían a la calle. Hace muchos años que soy ciclista, por lo cual me doy cuenta rápido cuando alguien es un principiante, ya sea por la altura del asiento de la bici, porque los conductores no usan cascos o porque pasan semáforos en rojo”.

Andaur tiene 130.000 seguidores en Instagram y transmitió en vivo, arriba de la bicicleta, su participación en las protestas. “Mucha gente tiene miedo a salir en bicicleta, pero de a poco se va dando cuenta que es un medio súper amigable y aceptado. Estuve en Santiago y en Arica y es asombroso el interés que existe por la bici. Desde el gobierno deben promover facilidades para que la gente pueda moverse en este medio”.

No obstante, las bicicletas no son para todos. Hurtubia señala que muchas personas deben hacer largos trayectos hacia sus lugares de trabajo, por lo cual sería muy difícil pensar en la bicicleta como un medio adecuado para moverse.

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