Cambio cultural es la clave para aumentar el uso de bicicletas en Santiago

fuente: pulso.cl

Expertos aseguran que no es necesario realizar mayores inversiones en infraestructura y ciclovías en las ciudades. La fórmula estaría en bajar la velocidad de circulación de las calles, cambiar normativas y mejorar la educación vial.

Cada vez son más quienes se bajan del auto y deciden montarse en bicicletas para movilizarse por la ciudad. Según datos del Ministerio del Medio Ambiente el uso de este sistema de transporte aumenta a razón de 20% al año en la capital del país.

Por otro lado, un estudio realizado por Bike Santiago determinó que el 52,2% de sus usuarios habían dejado de utilizar el transporte público una vez ingresado al sistema, mientras que un 13,5% dejó el auto en la casa y un 2,5% se olvidó del transporte privado. “Hay que asumir de alguna forma que muchos de esos ciclistas se hubieran movido en auto. Eso es una ventaja enorme, se traduce en menos contaminación, menos ruido y menos peligro, y yo diría que también ayudan a darle un rostro más humano a la ciudad”, explica Gonzalo Stierling, director de CicloRecreoVía.

Para los expertos, la entrada del sistema Bike Santiago y otros como Bici Las Condes, además del uso particular de bicicletas, entre otros, ayudó a descongestionar las calles de Santiago y también realizó un importante aporte para combatir la elevada contaminación ambiental que sufre la ciudad, una de las más altas de Latinoamérica. “La bicicleta hace un aporte poco reconocido, casi invisible a la ciudad en varios aspectos, primero por descongestionar el tránsito. Hoy se están haciendo sobre un millón de viajes diarios en la Región Metropolitana, si sólo un 10% de ellos se hiciera en auto, la congestión que tendríamos en horas punta sería aún mucho mayor. También hace un aporte a la descontaminación ambiental”, dijo Amarilis Horta, directora de Bicicultura y presidenta del Consejo de la Sociedad Civil del Ministerio de Transportes.

Proyectos

Santiago es la segunda ciudad con más recorridos diarios en bicicleta (510.569) en América Latina, según un estudio del BID. En primer lugar está Bogotá (611. 472 viajes) y en tercero, Río de Janeiro (217.000).

Recientemente se aprobó un presupuesto de $6.500 millones para el proyecto que busca instalar una ciclovía en el río Mapocho, iniciativa que se extenderá por 5,2 kilómetros, entre Nueva de Lyon y el Parque de los Reyes. Estas obras darían inicio el próximo año y tendrían una duración de 22 meses. Una vez terminada, la ruta podría posibilitar alrededor de cinco mil viajes por día.

Si bien los expertos valoran que se realicen nuevas obras de infraestructura para mejorar la movilidad del transporte sobre dos ruedas, destacan que el problema de fondo tiene que ver con bajarle la velocidad de circulación a las calles ya existentes, puesto que estas mismas podrían servir como un espacio de transporte seguro para los ciclistas, marcando un cambio cultural.

Según un informe de Seguridad Vial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 9% de las personas que fallecen en accidentes de tránsito en Chile son ciclistas. “La barrera principal a derribar es la de la velocidad, necesitamos bajarla en zonas urbanas al menos a 50 Km/h, pero en buena parte de nuestras ciudades, en calles pequeñas, de barrio, la velocidad máxima debiera ser 30 Km/h, como en los países civilizados, que apuestan a la convivencia y la inclusión”, asegura Horta.

Mejorar la regulación

Los expertos concluyen que más que una mayor inversión en infraestructura, se requiere de mejores regulaciones que permitan usar a las calles como ciclovías, para facilitar la convivencia entre bicicletas y otros vehículos.

“Tenemos una red de ciclovías en toda la ciudad, que son las calles, las que podrían ser utilizadas por las bicicletas y los vehículos. Si me dicen infraestructura, no voy a decir ciclovías. Si me dicen infraestructura, para mí serían más estacionamientos para bicicletas”, manifiesta el director de CicloRecreoVía.

Del mismo modo, una implementación de políticas públicas que permitan mayores regulaciones para la circulación de vehículos motorizados en zonas urbanas, la realización de inversiones de inversiones de infraestructura complementaria al uso de la bicicleta, como estacionamientos, y la utilización de calles como grandes ciclovías, permitirá avanzar en aspectos en los que este medio de transporte presenta desventajas, como la seguridad.

“Está demostrado que la presencia masiva de ciclistas obliga a todos a una circulación más atenta, lo que reduce el número de accidentes y la presencia de ciclistas en horarios y lugares poco transitados aporta también a la seguridad ciudadana”, sostiene la directora de Bicicultura.

Expertos también advirtieron que si bien la bicicleta es un importante aporte para la movilidad sustentable en la ciudad, también hay que reforzar los sistemas de transporte masivo: “la bicicleta es un eslabón nomás de la cadena, pero va a servir muy poco si no resolvemos los viajes masivos de las personas de clase media que viven en la periferia”, destaca Iván Poduje, arquitecto de la UCV

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